Puede empezar con un pequeño dolor al sentarse, una molestia que aparece y desaparece sin motivo claro. Pero con el tiempo, se vuelve constante. Luego llega la secreción. Y, en algunos casos, la fiebre. Muchas personas no asocian estos síntomas con una fístula anal hasta que el problema ya está muy avanzado. En Parajó & Vigorita, su centro de proctología en Vigo, tratamos esta dolencia a diario y sabemos lo importante que es identificarla a tiempo para evitar complicaciones mayores.
Dolor persistente y que vuelve una y otra vez
El primer síntoma suele ser el dolor. A veces es leve, otras veces más agudo. Lo preocupante es cuando no desaparece del todo. Si ha tenido un absceso en la zona anal y, después de que drenara, el dolor reaparece con frecuencia, es posible que haya quedado un trayecto fistuloso. Esta molestia puede empeorar al caminar, defecar o incluso al permanecer mucho tiempo sentado. Aunque otros problemas como las hemorroides también causan dolor, el asociado a una fístula suele ser más constante y profundo.
Secreción por un orificio cerca del ano
Esta es una señal muy clara de fístula anal. Si nota la presencia de pus o incluso sangre saliendo de un pequeño orificio en la piel alrededor del ano, es muy probable que se trate de una fístula. Esta secreción puede aparecer de forma intermitente o mantenerse constante, manchando la ropa interior. Aunque alivia temporalmente la presión y el dolor, no es una solución: ese "túnel" entre el interior del recto y la piel sigue activo, y sin tratamiento puede infectarse una y otra vez. En algunos casos, el orificio parece cerrarse, pero cuando vuelve a abrirse, el problema reaparece con mayor intensidad.
Inflamación, enrojecimiento e incluso fiebre
Muchas fístulas se originan a partir de un absceso mal curado. Si ha tenido un bulto rojo, caliente y doloroso que drenó solo o con ayuda médica, y vuelve a notar hinchazón o molestias en la misma zona, debería prestarle atención. A veces, cuando el conducto se obstruye, el pus se acumula y la infección se reactiva. En estos casos, puede presentar fiebre, escalofríos o sensación de malestar general.
¿Sospecha de fístula anal? Lo miramos en nuestra consulta de proctología en Vigo
Acudir a un especialista en proctología no es solo una medida cuando hay síntomas. También es prevención. Y es que las revisiones periódicas permiten detectar problemas antes de que se agraven y, en casos como el de la fístula anal, establecer un tratamiento personalizado que resuelva el problema sin demora.
En Parajó & Vigorita, le ofrecemos un entorno profesional y discreto para resolver este tipo de dolencias con la atención que merece. Si ha notado alguno de estos signos, pida cita con nuestro equipo médico en Vigo. ¡Le ayudaremos a resolver el problema con la mejor atención!